Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog

Lenguaje corporal parte 2

Las dos armas seductivas más eficaces que tienes a tu disposición se encuentran un par de centímetros por encima de tu nariz: Son tus ojos. Pocas cosas hay en el juego de la seducción con una mayor repercusión e influencia que el modo en que mantienes el contacto visual y miras a la mujer a quien deseas seducir. ¡Aprovéchalo!

Así sucede porque nuestros ojos están programados para, automática e inconscientemente, fijarse en lo que nos excita y causa interés. Por eso, la cantidad y calidad de nuestras miradas y el contacto visual que damos y recibimos está en la base misma de la atracción. Puede decirse, con exactitud, que todo empieza con un juego de miradas.

Como norma general, para cautivar a una mujer debes mirarla directamente a los ojos con mucha mayor frecuencia y durante mayor tiempo que el que empleas habitualmente en el resto de tus comunicaciones no seductivas. Conseguirás el máximo efecto manteniendo un contacto visual directo durante, aproximadamente, el 70% del tiempo que dure la conversación.

Por supuesto, esto no significa que la mires a los ojos durante quince minutos seguidos y luego apartes la mirada totalmente durante otros cinco. Significa, más bien, que mantengas la mirada en sus ojos durante siete segundos y luego la apartes durante tres, o que mantengas la mirada durante catorce segundos y después la retires durante seis.

Si te resulta difícil mirarla a los ojos directamente, intenta entonces enfocar tu visión en un punto de la zona que queda dentro del triángulo imaginario que tiene por base la línea que une sus cejas y por vértice su nariz. Como alternativa a la mirada directa a los ojos, fijar la atención en el interior de ese triángulo resulta también muy efectivo. Mirándola directamente a los ojos mientras ella habla, estarás comunicando interés, voluntad de escucha atenta y deseo de seguir prestándole atención. Para mayor efecto, puedes además expresar acuerdo levantando de vez en cuando las cejas y volviéndolas a dejar caer un segundo después.

Si te encuentras en un entorno escandaloso, repleto de gente y rebosante en distracciones, tienes ante ti (en contra de lo que inicialmente pudiera parecer) una oportunidad única para mostrarte irresistiblemente atractivo. Consiste en permanecer totalmente centrado en ella y difuminar el entorno con todas sus distracciones atrayentes, de modo que queden en un segundo plano.
Si lo consigues, causarás en ella una profunda y favorable impresión, haciéndola sentir como la única persona en la que estás interesado. A la mayoría de las mujeres, les encanta sentir que son la única mujer a la que un hombre mira. Les atrae esa clase de atención indivisa y les excita recibirla.

Por el contrario, si tu mirada está la mayor parte del tiempo extraviada y enfocada en algún elemento del entorno, en lugar de en ella, estarás transmitiéndole aburrimiento o desacuerdo, con el probable resultado de una conversación breve y poco satisfactoria para ambos. Otra cosa más importante: Cuando rompas el contacto visual, no lo hagas para mirar a otra persona. Mantén tu foco de atención en ella hasta que voluntariamente decidas romper el contacto visual, y entonces hazlo mirando hacia abajo a la izquierda o a la derecha. Mirar hacia arriba como respuesta a una pregunta o al contar una historia es adecuado, pues indica acceso a los registros de la memoria, pero hacerlo para romper el contacto visual es considerado generalmente como una falta de interés.
Otra regla que deberías observar en los primeros encuentros es la bautizada como "regla de los hombros". Consiste básicamente en NO mirarla por debajo de la línea que forman sus hombros y, por supuesto, evitar posar tus ojos directamente en las curvilíneas partes de su cuerpo que mejor expresan su sexualidad. Sabes perfectamente a cuáles me refiero. Si lo haces, ten por seguro que no estarás haciendo nada que no hayan hecho ya otros antes que tú (probablemente cientos de veces), y comprende que estás arruinando tu capacidad de mantener el misterio y suponer un desafío para ella.

Una mujer encuentra muy estimulante a un hombre que sea capaz de valorarla por algo más que por su atractivo físico, y estará dispuesta a llegar bastante lejos para atraer a quien muestre cierta indiferencia con respecto a sus atributos sexuales. Disciplínate para ser tu quien lo consiga. Aquí vemos manifestarse una interesante paradoja: Las mujeres invierten de dos a diez veces más tiempo que los hombre en prepararse para un encuentro, porque saben que su apariencia física es lo que atrae a éstos. Sin embargo, al mismo tiempo, desean atraer a l
os hombres por algo más que su mera apariencia física.